carta_5
Salamanca y febrero 4 de 1634.
(Tom. 216, fol. 326.)
Pax Christi, etc. Un papel en un pliego de latín sacó contra el P. Poza y contra la Compañía un criado del infante D, Fernando en Milán, y S. A. le tiene preso por ello. Llegó acá el pliego, y un rato que yo le hube, saqué la mayor parte de él en ese papel, que remito a V. R que todo el infierno junto no podía decir tan estupendas cosas. V. R. le lea y allá le muestre, consultando si hay inconveniente en mostrarlo, que acá es público. Va numerado porque se escribió comenzando de lo último: cuando se lea, comience desde el núm. 1° y prosiga; y hágale, V. R. trasladar, y vuélvamele, que no he tenido lugar de copiarle. El autor del otro papelillo en romance que he escrito en otras es uno que fue fraile carmelita descalzo tres veces y expulso otras tantas, y descalabró a su Prior y ahora estando suspenso decía misa: está ya preso en la Inquisición de Toledo. El fraile dominico que repartía y vendía los papeles se huyó: se dice que le cogerán. Estas y otras nuevas verá V. R. en esa carta del P. Hurtado.
Aquí ha sucedido un caso escandaloso: en el convento de monjas de Santa Ana estaban dos señoras seglares, y un coadjutor del arcediano de Alba de esta iglesia y un colegial del arzobispo don José Pantoja, cuyo padre está en esa ciudad; hicieron un agujero por una casa pegada al convento, y entraban los dos o salían ellas, durando algún tiempo este trato. Se descubrió el caso; prendieron al eclesiástico (que no está aún ordenado) en la cárcel del Obispo, y al colegial le dio el maestrescuela por cárcel la casa del corregidor con cuatro guardas. El Pantoja se huyó antes de anoche, temeroso de la vida, porque el Consejo llevó sangrientamente este caso y ha de venir juez pesquisidor, y uno que está ahora en Zamora sobre otro semejante de un caballero que entró a una monja, le tiene ya para cortar la cabeza. Las guardas también huyeron, y el corregidor se partió al punto a dar cuenta al Consejo. Guarde Dios, etc.
Salamanca 4 de febrero de 1634. Andrés Mendo al P. Rafael Pereyra.