Letters / Madrid / Sebastián González

carta_157

Madrid y septiembre 25 de 1635.

(Tom. 111, fol. 400.)

Pax Christi, etc. Muy agradecido estoy al cuidado que el hermano Solano tiene de hacerme caridad; se lo pague Nuestro Señor.

Ya tengo avisado en otra como en un cajón de libros que remite el P. Vilches con el arriero, va un paquetito para el P. Procurador; si cuando llegue estuviere ahí, me podrá hacer favor de que se haga lo que le tengo suplicado, y si no fuere así, lo podrá mi hermano dejar encomendado a cualquier amigo.

De Flandes llegó aquí un gentilhombre del Sr. Infante, el cual hace dos meses que partió de allá, y más; no trae cosa de nuevo sino el aviso de la retirada del enemigo, que estaba entonces sobre Lovaina, y como le habían muerto 12, 000 infantes. Después acá ha habido otras cosas, cuya confirmación se aguarda con otro criado que viene a dar cuenta de lo sucedido.

El virrey de Pamplona y el de Barcelona han tenido aviso por sus espías, de que el duque de Lorena había ganado a Nancy, que es la corte de su Estado y la principal fortaleza que en él hay; se ha dicho por las buenas nuevas del Sr. Infante, y por este suceso et Te Deum laudamus en Palacio y en todas las religiones, y hubo luminarias públicas.

De Portugal salieron estos días treinta y seis naos de guerra para Pernambuco; va por general un D. Fulano Lobo; lleva 3, 000 portugueses para echar en tierra y 500 castellanos, por cuyo cabo va D. Fulano de Oces; llevan fuera de esta gente la necesaria de pelea para la mar. Dios les dé buena ventura.

El duque de Maqueda salió cuatro días hace con el pleito que traía sobre lo de Naxara (Najera), y es esta la última sentencia.

El P. Castro es ya predicador de S. M.; el domingo le trajeron la cédula, dándole más antigüedad que a los que salieron antes de él en el sétimo lugar.

Antes de acabar de escribir esta, me avisaron como mi hermano se estaba muriendo, y con la priesa no tuve lugar de despacharla; murió aquella noche; encomiéndelo a Nuestro Señor, y haga que los amigos hagan lo mismo.

Ha muerto D. Álvaro de Córdoba, hijo de Doña Inés de Alagón, que pretendía lo de Alcaudete, cuya marquesa o condesa era la sobrina del P. Francisco, y aun Su Majestad estaba muy inclinado a casarle con ella.

Murió el conde de Humanes, embajador de Inglaterra: su embajada se da a D. Cristóbal de Benavente, y dos días hace enviaron a su mujer 10, 000 ducados de ayuda de costa en plata doble.

Murió D. Juan Roco Campofrío, obispo de Coria. Poco le debía la Compañía.

Murió Marcial de Torres, electo abad de San Isidro de León. Basta de muertos; hablemos de los vivos.

El marqués de Santa Cruz y duque de Fernandina tomaron la isla de Santa Margarita y la de San Honorato, entre Génova y Marsella; son pequeñas, pero de grande importancia para impedir el trato de los franceses, y para entrar en Francia, si se hubiere de hacer, y para impedir el paso para Italia, había 700 franceses en la isla de Santa Margarita. En desembarcando los nuestros se dieron a partido y salieron los soldados, por no haber resistido, con balas y mosquetes. En la de San Honorato resistieron, más les fue forzoso el rendirse; murieron algunos franceses, y ocho de los nuestros; salieron solo con espadas, dejando las demás armas y municiones de guerra. Ahí envío copia de una relación muy buena que la señora duquesa de Fernandina ha enviado a un padre de la Compañía.

El duque de Ariscot, a quien el año pasado trajeron preso a esta corte, y después llevaron a la Alameda, y desde allí a Pinto, ha sido nuevamente traído aquí, y continúa preso con guardas en la calle de la Reina, en la casa del marqués de Puerto-Seguro, que llaman de las Siete chimeneas, aunque con licencia que le puedan comunicar los que quieran y sus criados sueltos; si bien no está sosegado su negocio, se espera buen suceso de él.

Esto es lo que por ahora hay: agradezco infinito la oferta del chocolate, que como va ya entrando el invierno, vendrá a muy buen tiempo. No se olvide, mi padre, de los decenarios; la forma ha de ser aovada o redonda, los menores que se encuentren, y más bien labrados. Y con esto a Dios, que estoy cansado. Ahí envío un tanto de una carta del duque de Lerma para S. M donde da aviso del estado del fuerte de Esquenque [Schenkenschans], y otras cosas de Flandes y Alemania. Auditorio tendrá con ella y la estampa del príncipe. No he podido haber el manifiesto, aunque he ido tres veces por él; no desistiré de hacer todas las diligencias posibles, porque es cosa buena y quiero que V. R. la vea.

Dios, etc. Madrid y septiembre 25 de 1635. ==Sebastián González. =Al P. Rafael Pereyra.

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