Francisco Vilches / Letters / Madrid

carta_75

Madrid y diciembre 11 de 1634.

(Tom. 216, fol. 201)

Pax Christi, etc. ¡Qué a lo descuidado que escribe V. R. lo de Joachino! Allá fue, allá vino; pues mi fe que el Padre Roa lo ha sentido, y yo por lo que a Flavio Dextro toca, que es la honra de nuestra nación, y muchas de aquellas cosas no son culpa de Flavio Dextro; que los autores antiguos muchas cosas tienen introducidas en sus obras que no les pasó a ellos por la imaginación; al fin, vaya con Dios, que presto se sabrá el autor.

La estafeta pasada escribí unas nuevas de Peralta, y erré en decir que estaba aquí a la muerte. En Alcalá pasó el caso, y escribió un papel al P. Diego Fajardo en que se retractaba de cuanto había dicho contra la Compañía, y cuando le dieron el Viático, tuvo traza para que asistiesen muchos doctores de la Universidad y dijo estas palabras: «Para descargo de mi conciencia, digo que yo Sali de la Compañía por no tener virtud para llevar tanta santidad como en ella se profesa, porque es una religión santísima, santísima, santísima. Dos apologías escribí contra ella que justamente las hace recogido la Inquisición por ser todo cuanto en ellas decía mentira, y siempre que hablé contra ella hablé como mentiroso, y así me desdigo de todo etc.» 

Se quemaron estos días pasados las caballerizas viejas de S. M y en ellas cuarenta y dos caballos de S. M y dos hombres. Al día siguiente presentaron a S. M. más de cincuenta caballos, y para matar el fuego se echó en la Corte un cuarto en cada libra de carne.

La de Mantua [Margarita de Saboya] partió el jueves último de noviembre; iba por el Escorial; se despidió del rey con grandes muestras alternas de amor y cariño. Cuando escribo nuevas me rio de lo que hago, porque otro día están mudadas. De D. Fadrique pensará V. R., cuando esto escribo, que está ya libre    y caminó de Fernambuco, y es el caso que está en el cielo: así lo confió de la bondad de Dios. Esta semana le dio una calenturilla; cargo más y más; lo sintió él; se dispuso muy bien y dio su alma a Dios ayer domingo a las 9 de la noche. Se mandó enterrar en casa; se colgó hoy la iglesia de dos órdenes de bayetas, y comenzó un túmulo como aquí usan; vino a las tres de la tarde D. Antonio de Valdés con orden de quitarlo todo, como se hizo.

Dije al P. Pedralez lo que V. R. me advierte, y responde que no tiene cosa a propósito; V. R. no se crea de castellanos, ni viejos ni nuevos, y esto baste; yo enviaré aquel papel con un libro para el P. Juan de Pineda, y todo lo que yo pudiere.

Guarde Nuestro Señor a V. R.; dígame, V. R., que cosa es esta que se imprime de los Santos de Arjona.

De Salamanca escribe el P. Mendo un caso lastimoso que allí ha sucedido. Un estudiante valenciano sobre yo no sé qué reyerta que había tenido con D. Bartolomé de Porras, natural de Sevillas, fue a su casa a obligarle a que riñese con él. No quiso D. Bartolomé, y se excusó diciendo no tenía espada. Fue el valenciano y le trajo espada, y en la misma casa desenvainaron, y a las primeras idas le dio D. Bartolomé al provocante una estocada que le partió la lengua y llegó a la garganta. Huyó D. Bartolomé y está el herido de peligro, el cual estando el Juez tomándole la confesión, envió de secreto a un criado que avisase a Don Bartolomé hiciese su hato y se pusiese en cobro, porque iba allá la Justicia.

Madrid y diciembre 14 de 1634. =Francisco de Vilches. =Al P. Rafael Pereyra.

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