carta_73
Madrid y noviembre 13 de 1634.
(Tom. 216, fol. 170.)
Pax Christi, etc. Comienzo por lo principal: el pliego de V. R. irá el sábado a buen recado a Roma, y todo lo que V. R. mandare se hará con puntualidad. Una nueva bien nueva; por lo menos a muchos se les ha hecho tal. La sentencia de D. Fadrique de Toledo es diez mil ducados de condenación efectivos; desterrado por diez años de los reinos de Castilla; privación de todas las mercedes que S. M. le ha hecho, rentas que le ha dado etc.; inhábil para cualquier oficio ni consulta. Esto hace juego con el destierro de la corte del duque de Alba y los demás Toledos, que ya sabe V. R. Solo dicen que ha acelerado esto un desaire que hicieron estos caballeros por la vejación de D. Fadrique, no queriendo salir a unas fiestas en el Retiro que estaban dispuestas y ya para hacerse a otro día; por lo menos no acudiría el D. Fadrique.
Al Duque le echaron porque amparaba las juntas que en su casa y a su sombra hacían los Toledos cuando D. Fadrique se enfadó con el Conde-Duque. Al marqués de la Puebla envían con la duquesa de Mantua [Margarita de Saboya], por mayordomo mayor, a Portugal: le dan doce mil ducados de ayuda de costa y la presidencia de Hacienda en propiedad.
Al marqués de Castel Rodrigo se dice le tienen preso en Nápoles, adonde le llamó el conde de Monterey; y la causa de la prisión se susurra es por haber tratado de matar al Conde por medio de un criado suyo, a quien trajeron de Portugal a Madrid con cincuenta escopeteros de guardia. Llámase Damián Martínez; pero, tomándole la confesión, le dieron por libre; con que no parece verdad. Al Almirante, que vino a Madrid a un pleito, han hecho salir de la corte. El marqués de Velada va por general de la armada de Fernambuco.
El P. Juan Camacho hace ocho días que salió de Barcelona; viene con otros PP.: no sé quiénes.
También ha llegado a Barcelona el P. Ferrufino, y trae buen número para Indias; en fin, veintitantos huéspedes dicen que había en Barcelona, y que el P. Camacho había salido ya; según esto, cada día, le esperamos.
Fiestas se hacen mañana en el llano de Palacio, donde se han formado tres lienzos de ventanas, que corresponden a la fachada de Palacio; todo muy vistoso; lo demás otros lo contarán como testigos.
El fuerte que se hacía junto a Marsella prosigue, y asiste el marqués de Santa Cruz; veremos en qué para. De Alemania hay aviso de que se rindió Frankfurt, y que está ya restituido a su estado el arzobispo de Maguncia. Al duque de Lerma le han hecho maestro de Campo general de Flandes, y todos están muy contentos con esta merced; aunque no es tan publica, yo la sé de buen original.
El embajador de Francia fue a besar la mano a la duquesa de Mantua [Margarita de Saboya], y ella se espantó mucho, y le dijo que cómo tenía cara para parecer delante del rey, su señor, sabiendo las cavilaciones y mal término que el rey de Francia hacia: esto contó quien lo oyó.
Madrid y noviembre 13 de 1634. Francisco de Vilches. =Al P. Rafael Pereyra.
La muerte de D. Fadrique fue anfibológica; porque, aunque temporalmente vive, muerto está en la gracia de S. M., sentenciándole en destierro del Reino, restitución del quinto de las mercedes que ha recibido de S. M. a la corona Real, privación de cargos y oficios en él y sus descendientes. Ítem donación de diez mil ducados: esto dicen que en revista es posible se modere algo.
Al marqués de Velada proveyeron en su plaza, y va a Fernambuco. El decreto que salió para el destierro del duque de Alba decía «por aconsejar a un vasallo contra el servicio del rey».
Ayer salió uno de su casa de madrugada; encontrando unos soldados, y yéndole desnudando, le decían: «¿Para qué madruga tanto?» Puede ser tome el consejo. A un clérigo robaron y degollaron hace tres días; algunas bellaquerías se hacen demás de las ordinarias.
Madrid y noviembre 15 de 1634.