Claudio Clemente / Letters / Madrid

carta_173

Noviembre 20 de 1635.

(Tom. 111, fol. 125 v.)

Pax Christi, etc. Ayer, 19 de noviembre, se cantó en la capilla un Te Deum por las buenas nuevas que han venido de que los duques de Saboya, Parma y Créquy han sido forzados de retirarse de sobre Valencia del Po [Valenza] con pérdida, dicen, de dos mil hombres y de alguna artillería. El marqués de Celada que se había señalado en la defensa, murió de enfermedad. El cardenal Albornoz fue en persona al socorro de aquella plaza, y los de dentro se portaron valerosamente.

Nueve o diez mil alemanes han entrado en la Valtelina, y se piensa que ya la habrán cobrado.

El duque de Lorena está poderosísimo y ya hace recuperado con armas parte de su Estado. Dicen rompió al mariscal de la Forza, el cual iba con mucha gente y mantenimientos a socorrer al cardenal de la Valeta, que estaba atrincherado a vista del ejército imperial y no lejos de Metz. Gran falta de víveres tenía el ejército del francés.

El duque de Lorena, como digo, rompió al mariscal; entonces Galasso, el cual varias veces había presentado batalla al de la Valeta, embistió sus trincheras, le mató diez mil hombres, otros dicen muchos más: les tomó su artillería y bagaje y prosigue su victoria; ha entrado en Francia con seis mil caballos y diez y seis mil de a pie, y muchos que cada día se van juntando con él.

Añaden estaba [el barón de] Valançon capitán general de la artillería de Flandes, con poca menos gente en la raya de Picardía para entrar a Francia luego que supiese la entrada de Galasso. También que el rey de Hungría seguía al Galasso con su ejército.

Escriben de Amberes que las treguas de Polonia con Suecia no estaban concluidas, y que los embajadores de Suecia fueron muy mal recibidos en Sajonia; que el duque de Sajonia los desmintió y mandó se volviesen luego a su tierra.

Todas las ciudades imperiales por conciertos entre si se han reducido al servicio y obediencia del emperador. Tres correos ha enviado uno tras otro el rey de Francia al Pontífice para que con todo cuidado se trate de las paces. Aquí el Sr. Nuncio no hace otra cosa. Dicen no ha querido S. M. I. conceder al Nuncio de allá suspensión de armas.

El duque de Luxemburgo y Lansgravio de Hesia [Landgraviato de Hesse] procuran sus paces con el emperador.

En Flandes el fuerte de Esquenque [Schenkenschans] está en tal punto y tan bien prevenido que no peligra en ninguna manera. El Infante, Dios le guarde; lo hace bien por extremo y a gusto de todos: aun los mismos enemigos le quieren mucho.

El rey de Francia ha llamado a sus dos mariscales Brice (Brecé) y Chatillon, los cuales estaban en la Haya, corte de Holanda, quejándose del príncipe de Orange [Guillermo de Orange-Nassau] acerca del cerco de Lovaina.

Dicen que ha publicado el rey de Francia un edicto en el cual declara por caídos de nobleza a doscientos cincuenta cabos del ejército francés, los cuales se habían retirado sin licencia de los dichos mariscales.

En Burdeos han derribado y quemado casas y forzado al mismo duque de Espernón, virrey, de retirarse. En Agen han muerto a un presidente, todo esto por las imposiciones que les echan, que son inmensas. Ha venido también una carta que dice ha muerto en León de Francia ochocientos hombres. No sé qué verdad tenga, si bien es cierto han quebrado dos grandes mercaderes y se piensa harán lo mismo otros muchos, no teniendo trato con España, con Indias, Flandes y Alemania poco, y quizá ninguno en Italia y Levante por las dos islas de San Honorato y Santa Margarita que les hemos tomado.

Generalmente las cosas de SS. MM. imperial y católica van muy buenas, gracias a Dios. Madrid y noviembre 20 de 1635. =Claudio Clemente. =Al P. Rafael Pereyra, en Sevilla.

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