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carta_169

noviembre 1 de 1635.

(Tom. 111, fol. 418.)

En este punto que son las cuatro de la tarde, acaba de llegar un correo del señor Cardenal Infante, con cartas de 21 de agosto, con muchas nuevas muy buenas, y una muy lastimosa, que es la muerte del marqués de Aytona que acabó de tabardillo, con harta gloria del mundo, pues cuando el enemigo pensó despojar a S. M. de los Estados de Flandes, deja gloriosamente sus banderas dentro de Holanda. Al fin se tomó el Esquenque [Schenkenschans], y los nuestros han hecho grandes defensas para su conservación, y estaba el señor Infante sobre otra plaza que se llama Venlo bien a propósito para este efecto; está situada sobre el rio Mosa, con que Maastricht y otras muchas caerán de maduras. Gran cabeza se ha perdido; Dios que la quitó dará los medios de su mano para castigar a los enemigos.

Cuatro días hace vino un ayuda de cámara de S. A., llamado Nieto, en sesenta días; este trajo las nuevas de la retirada de los enemigos, y se cantó él Te Deum laudamus y se hicieron famosísimas luminarias, con gran gozo de todos.

La caballería del país de Artois, que es el confín de Francia, en número de 2, 000 con otros tantos infantes, entraron en los arrabales de París, y volvieron con gran número de presa de gente y ganados.

La armada de Alburquerque echó a fondo los bajeles de Holanda, que estaban en la pesquería de los arenques, con más de dos millones de daño.

Hoy se ha sabido que llegó a Santander la ropa del embajador que viene de Inglaterra, y traen nueva de que llegará muy presto. Esta es famosa, porque apenas se creía que era nuestro amigo. El conde de Humanes, que ha de ir allá, está muy malo.

 Estos días he oído decir que la Marquesa de Alcaudete se casará con su primo el conde de Oropesa, con que habrá adelantado la pretensión el galanteo, que lo ha continuado con gran fineza.

 Al duque de Ciudad-Real han hecho capitán general y gobernador de la provincia de Guipúzcoa novedad bien encontrada con sus privilegios y liviandad.

 Al duque de Parma ha confiscado S. M. 80, 000 ducados de renta que tenía en el reino de Nápoles, que no le quedan otros tantos en su Estado. Veamos en qué le dan la recompensa los franceses.

Estos días pasados fueron al Buen-Retiro los duques de Pastrana y de Infantado y los rapacicos se entraron en unos artesicos, barcos, o por mejor decir cunas de su inocencia, que hay en el estanque. En uno de ellos estaban el duque de Pastrana y un clérigo, agente del señor duque de Cardona, que se llama Perijoan, de naturaleza catalán, y en lo pesado catalanísima, y en lo atezado del aspecto canónigo árabe de Alcorán. Llamaron estos aprisa a su barca al del Infantado, que estaba en otra; saltó el del Infantado sobre ella, con que la tal barca se trabucó y se hizo tumba de todos tres. Comenzaron a nadar a coces y manotadas, con mil gritos de confusión; al fin les socorrieron de otros barcos y salieron a lo enjuto.

La causa de la madre Luisa de Carrión [Luisa Colmenares], o sus informaciones, dicen se ha acabado ya, y los señores del Consejo supremo de la Santa y general Inquisición han mandado vengan a ella muchas personas graves y doctas, así de su religión como de otras, y catedráticos de algunas universidades, para ajustar y determinar sobre lo actuado, para ver el suceso que esto ha de tener.

Por vía de Barcelona se ha sabido por cartas de Perpiñán que el duque de Lorena estaba restituido en la mejor parte de su Estado, que, si es cierto, es gran nueva.

El sábado llegó un gentilhombre del Sr. Infante con cartas para S. M. de S. A., que vino por Inglaterra, el cual confirma todas las nuevas que se han escrito de la retira da y rota del ejército del francés, y del fuerte que cogieron los nuestros tan importante en Holanda. Mandó su majestad se hiciesen luminarias.

Don Lope de Hoces partió de Lisboa con 4, 000 hombres para el socorro de Pernambuco. Dios le dé buena dicha, que no va en mala sazón.

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