Madrid y agosto 7 de 1635.

(Tom. 111, fol. 50 v.)

Pax Christi, etc. Dos correos han llegado, uno de Alemania y el otro de Flandes, los cuales dicen lo siguiente: el de Alemania trajo las condiciones de la paz con el de Sajonia, que son las que van con esta.

Que Galasso, general del emperador, iba en seguimiento del duque de Veymar [Bernardo de Sajonia-Weimar], al cual había dado una rota, y que este duque se deseaba componer con el emperador, y que había dicho Galasso que antes esperaba tenerlo des hecho del todo.

El coronel Gratz, que era otro de los generales de los protestantes, y quedó preso cuando la Batalla de Nördlingen, que dieron el rey de Hungría y el Cardenal Infante, fue degollado en Viena por rebelde al emperador.

Que la milicia de Viena y ciudades circunvecinas se aparejaban con sus armas para salir a recibir al duque de Baviera, que viene a casarse a Viena con la hija mayor del emperador, y que las bodas habían de ser a 15 de julio.

Que las más ciudades libres se habían compuesto con el emperador muy a su satisfacción.

Que el rey de Hungría iba en seguimiento de Galasso, uno y otro con ánimo de entrar en Francia; que el rey de Hungría se había divertido algo del camino y puesto sobre Núremberg, una de las plazas principales de Alemania, dando muestras la quería sitiar, y que al punto salieron los cónsules y le entregaron las llaves de la ciudad; puso presidio y siguió su camino la vuelta del Rin para pasarlo.

De Flandes escribe el secretario del Sr. Infante que los enemigos acometieron hacia Bruselas, y que los de la ciudad los recibieron de suerte que los obligaron a retirarse.

Después de esto se dividieron los franceses y holandeses con cautela, deseando sacar al Sr. Infante de sus trincheras para acometerle divididos, antes que le llegase el socorro, con ánimo de que, en recibiéndolo fuera de las trincheras en lo llano, diesen la vuelta unos y otros, y le cogiesen en medio, y darle la batalla, y acabar de una vez lo que por otra vía les parece va largo más de lo que quisieran. Se ha estado quedo por no aventurar con poca gente desigual a la del enemigo aquellos Estados. Viendo no les salía esto como pensaban, hicieron punta a Lovaina, donde estaban cuando salió el correo. El Sr. Cardenal metió cinco mil hombres de socorro, y está a la vista; los de la ciudad han hecho dos salidas; en la primera mataron trescientos franceses, y en la segunda más de cuatrocientos, y esto casi sin pérdida suya.

Avisa también que el Picolomini había llegado ya a Namur, ocho leguas de donde está el Sr. Infante, y que habían llegado cinco mil caballos y su vanguardia, y que aguardaba lo demás; si va entrando, esta será ya la hora que habrá habido alguna peleona.

Dios les haya dado buena suerte.

Madrid y agosto 7 de 1635. =Sebastián González. =Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús.»

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