Letters / Madrid

carta_102

Madrid 10 de abril de 1635.

(Tom. 11. fol. 15.)

Pax Christi, etc. El pasto de esta semana santa ha sido ocho predicadores nuevos del rey, y con ellos ha crecido el número de ellos a treinta y cuatro; los tres son dominicos, fray Domingo Daza, buen religioso, muy austero, predicador muy poco pulido, pero de provecho; el prior del colegio de Atocha, doctísimo; predica cosas escogidas con poca gracia; el prior de Santo Tomás docto, pero no para el pulpito; el P. Aguado de la Compañía de Jesús, confesor de su excelencia el Conde-Duque, muy parecido a su apellido, agua y más agua y para nada bueno; fray Ángel Manrique, bernardo, maestro de la profesión, como lo es el P. Juárez, agustino calzado; fray José Laynez, de la misma orden, persona que para solo hablar una hora sin otro fin sube al pulpito, porque es raro charlatán; el guardián de los capuchinos, Ocaña, que dicen es buen predicador, si bien a mi ningún hermano me ha edificado más que ver por las calles a un capuchino los ojos en el suelo, el capucho calado hasta la boca, pisando su misma barba. Todos son predicadores ad honorem, pero las medías anatas efectivas y de contado; ellos se irán con la doctrina del pulpito como lo han hecho con la teología. Muchos han quedado picados de este caso, y muéstralo bien la pasión con que el P. Boil, de la orden de la merced, predicó el miércoles santo en el convento Real de la Encarnación, que hablando de esta acción los calificó con un símil, si no grave, gustoso, dijo pues: «Habéis oído en la plaza, cuando hay abundancia de una fruta, cuál gritan las fruteras, ¡a ocho van, a ocho, a ocho! ¡señores! Esto mismo viene a ser ahora.» Buen gusto tuvo el mercenario.

El P. Agustín de Castro será el noveno, pero su nombramiento no se publicará hasta tanto que salga de aquí para la nueva España un hermano que tiene comediante. Se hace así por orden de S. M., y le lleva consigo el virrey de México. Esta indecencia ha sido la causa de la rémora en su nombramiento, porque el rey le quiere y estima mucho.

El Sr. Conde-Duque ha estado la semana santa en el Buen Retiro, y allí le han predicado todos los predicadores de opinión, y día ha habido de tres sermones: bravo estómago de engullir sermones. Vaya esto por las tres o cuatro comedías que solía oír cada día, ardiendo la canícula, cuando lo fundaron. Esto se parece a lo de Chacón del Padrón, que en su testamento dijo: doce reales debo al pastelero, debo otros diez al tabernero, váyase lo uno por lo otro.

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