carta_69
Cádiz y octubre 29 de 1634.
(Tom. 216, fo1. 183.)
Pax Christi, etc. Dando principio a lo del Arte, digo, mi Padre, que D. Pedro me ha hablado varias veces sobre aquellos instrumentos, y yo a V. R. sobre los que deseo; más pues los míos no salen a luz, D. Pedro me dice que V. R. le haga [el] favor de informarse del número de ellos y del precio. De nuevo no hay cosa de contar: vino solo este correo la reforma de treinta compañías o capitanes; se ejecutó luego al punto en todas las compañías bisoñas; se replicó sobre las de la armada y galeones; no sé en qué parará.
Ya V. R. supo la herida de D. Sebastián, el hijo del marqués de Estepa. Sobre ello hay de nuevo que vino a mí un caballero de aviso, y me dijo que lo hacía obligado; que avisase a unos ocho que habían sido causa de la herida, que infaliblemente los han de matar, que pongan tierra en medio, y que uno de los que lo han de ejecutar era él; que el uno estaba en el hospital pasado con un pistolete por la cara, y otro retraído en la Iglesia mayor, y que de los demás me avisaría. Lo hice así, con que se evitarán estas muertes. Añadió más; que, aunque los aseguran, es solo para asegurarlos y hacerlo más a salvo: digo esto para que V. R. vea de qué modo se vive aquí.
Pues lo siguiente lo confirma: en la garita de la Isla han puesto ocho salteadores, digo ocho soldados, para que no pase soldado sin registrarle, y ellos entienden que todas las cosas; con que ni arriero ni mozo de las heredades pasa sin tomarle todo lo que quieren, y se pasan sin castigo, y no hay quien lo remedie. Quédese, V. R. con Dios, que es tarde; para otro día, si hubiere más, avisaré.
Al Padre Fabian López, mis saludes. De Cádiz y octubre 29 de 1634. Juan de la Oliva. Al P. Rafael Pereyra.