Juan Chacón / Letters / Valladolid

carta_147

Valladolid y septiembre 1° de 1635.

(Tom. 111, fol. 351.)

Pax Christi, etc. Por acá hay tantas tercianas en casa y fuera, que no es poco correr con bonanza de salud, como yo corro, a Dios gracias. Ya la tiene el P. Rector, a quien solo comuniqué las nuevas que hoy he recibido en dos medios pliegos, y es bien proceder con tiento con lo de la madre Luisa [Luisa Colmenares], porque en pro y en contra hay muchas cosas que ponderar. Yo siempre me cierro con decir: est qui judicet. El inquisidor de Madrid se volvió a su Consejo; llevó los papeles que de oficio escribió; allá se verá; ello dirá; Dios sea en todo glorificado.

De Flandes no ha venido por acá cosa que avisar; he inquirido para avisárselo a V. R., y no he podido saber cosa particular.

Esperamos en este Colegio al P. Provincial, a visita, dentro de diez días; habrá aquí consultas de provincia, y se compondrá toda ella.

Aquí muere gente de repente; y aunque muchos caen enfermos, no son muchos los que mueren. El año ha sido estéril de pan. De vino habrá abundancia. Nuestro obispo (2) hizo este día una cosa de mucha edificación, y fue deshacerse de cuanto tenía; a la iglesia mayor envió toda su librería; a Prado, su convento, lo demás de menaje y plata, con tres mil ducados. Se quedó como un pobre religioso, y dice que quiere que la muerte le halle pobre sin cosa de esta vida: es gran prelado, y da ejemplos de mucha virtud. Nuestro Señor guarde a V. R. como deseo. Valladolid y septiembre 1 de 1635. ==Juan Chacón. =Al P. Rafael Pereyra.

Cartas de Dunquerque de 26 y 27 de agosto y 2 de septiembre de 1635, escritas algunas de ellas al marqués de Leganés.

(Tom. 111, fol. 68.)

Parece hemos estado este verano bien, apestados con el ejército de Francia y Holanda que entró en estos Estados, como Vmd. habrá sabido; con que se juzgaban por perdidos, por hallarse S. A. a la sazón desapercibido; pero Dios lo ha mejorado con la gente del país, que voluntariamente salió a servir, y con el socorro que vino de Alemania, de manera que hoy se ve el enemigo muy deshecho y acobardado; y de treinta y cinco mil franceses que entraron y rompieron al príncipe Tomás, aseguran que no han quedado ocho mil, porque los demás han muerto y huido. Los holandeses, que eran veinticinco mil, se conservaron mejor hasta esta última, que sobre el fuerte nombrado Esquenque [Schenkenschans], junto a Nimega, que tomó S. A. por interpresa, ha muerto mucha gente; al fin hoy se le hace la guerra en su tierra, y este fuerte, que ellos llaman tres veces fuerte y llave de Holanda, está muy asegurado y abastecido de gente y municiones y artillería. Sin embargo, se entiende invernará por allá hasta ganar otras plazas circunvecinas, para mayor seguridad. Se podrá entrar de hoy más en la Belva y Behea siempre que se quiera, y se pondrá contribución hasta las puertas de Ámsterdam.

S. A. está muy bien recibido del país, y la prudencia con que se ha portado este año ha puesto las cosas como se ven. Ahora le han hecho un donativo para ayuda de la guerra, y fue gran misericordia de Dios el llevarse a la señora Infanta; porque si sucediera en su tiempo lo que, en este año, hace muchos días que no tuviera el rey a Flandes; de suerte que en el mayor mal hemos hallado el mayor bien.

El rey de Hungría, para mayor castigo de Holanda, trataba de enviar un ejército a la Frisia por Fráncfort, plaza sobre que se halla; estando ya parlamentando para rendirse, tuvo nueva de que con grande poder se le venía a socorrer de Francia, con que fue menester que el rey recogiese su ejército e incorporase con el que tenía sobre la dicha plaza, y se teme habrá batalla, que aunque las paces de Alemania se han asentado con los tres señores mayores de ella, han quedado otros no tan poderosos que todavía siguen la guerra.

Aquí, en la frontera de Francia, también hay cada día lindas refriegas, haciéndose los unos a los otros los mayores males que se pueden.

La armada tiene hoy diez y ocho bajeles y doce fragatas de remo; los catorce bajeles y siete fragatas partieron a 3 de este la vuelta del Norte; entiéndese que, a la Pesquería, donde, si Dios les da dicha, han de hacer un gran daño a Holanda. Presto esperamos nuevas. Aquí, después que se rompió con Francia, se han hecho al pie de ochenta presas por la mar, entre los bajeles del rey y particulares; los sesenta y tantos de franceses todos, no de mucha consideración para nosotros, pero para ellos de grande daño. Con que he referido a Vmd. por mayor lo que por acá pasa. Dunquerque 26 de agosto de 1635 años.

Después de escrita esta ha llegado nueva que nuestra armada destruyó la Pesquería de Holanda, y que había echado a pique muchas buzas de ella y un bajel de guerra, y tomado otros dos que iban siguiendo su dicha, que es señora de la mar, por hallarse los navíos principales de guerra de los Estados en Compañía de la armada de Francia hacia la Rochela, y que toda la Holanda quedaba clamando por no tener otra mayor granjería, en que son interesados ricos y pobres.

 Que nuestro ejército ha sacado de sus fortificaciones a los enemigos, obligándolos a retirarse más adentro. Que nuestro convoy llegó a salvamento al campo, donde se quedaba aguardando a Coloredo con un socorro de catorce mil hombres que enviaba de nuevo el rey de Hungría, que se hallaba señor de Fráncfort y a su obediencia.

Que Galasso había roto a Weimar [Bernardo de Sajonia-Weimar]. Esto no se ha acabado de comprobar.

Que en Holanda se quedaban echando nuevas imposiciones del quinto sobre las tierras y de otro quinto sobre las casas; que muchos lugares no las quieren admitir, amenazando se darán al Infante, y entre otros Bolduque, donde los burgueses tuvieron cerradas sus tiendas dos días sin admitirlo. Murió el marqués de Aytona a 27 de agosto.

Por falta de tiempo se ha detenido el correo hasta hoy día, en que ha venido nuestra armada y trae de presa un bajel de guerra con veintiséis piezas, y las cuatro de bronce; quemó y echó a pique ochenta y cinco buzas, y las demás que había desampararon la Pesquería. Traen setecientos prisioneros, y dieron libertad a ciento cincuenta muchachos; han tenido malos tiempos, que les impidieron hacer mayor daño; pelearon más de seis horas con veintidós navíos de guerra, hasta que la noche los desvió, habiendo descubierto otros quince que venían sobre los nuestros; que no hicieron daño de consideración y, que de los suyos quedaron cuatro maltratados que se valieron de la ocasión para repararse. De Dunquerque 2 de septiembre de 1635 años.

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