carta_83
Madrid y enero 23 de 1635.
(Tom. 4, fol. 3 v.)
Pax Christi, etc. Quisiera que viese V. R. la carta del confesor de S. M. de Hungría de cómo deshizo ciento nueve hombres en Tubinga que le estorbaban el alojamiento, y les cogió muchas armas.
Su dicha Majestad de Hungría va cobrando gran fama de guerrero, príncipe muy pio, prudente, vigilante, trabajador. Tomó hace poco una plaza en que se halló trigo para toda una campaña. Van las cosas muy buenas, gracias a Dios. De Ulma se dice haberse tomado, pero no veo se escriba.
En Francia se ha tratado las semanas pasadas de declarar el matrimonio del duque de Orleans por nulo, y seis teólogos fueron a decir su parecer, que así era, entre los cuales hay dos de la Compañía. Dos causas dicen algunos que hay para ello: primera que se hizo por fuerza, pero no sé cómo, pues se renovó en Bruselas en presencia del arzobispo de Malinas: otros dicen que por el Concilio constanciense los príncipes de la sangre real de Francia no se pueden casar sin licencia del rey. Con todo esto la Universidad de Lovaina ha declarado que era válido, y el dicho duque de Orleans ha dicho al marqués de Velada, el cual fue a besarle la mano pasando en posta por Francia, que el rey su hermano le apretaba sobre este matrimonio, pero que nunca él tendría otra mujer que la Duquesa, hermana de Su Alteza de Lorena. Muchas personas y muy entendidas juzgan que si se deshace este matrimonio ha de ser seminario de grandes males y dudas en Francia:
Lo que sabemos de Flandes es que escriben de Amberes que los de Dunquerque han tomado a los holandeses un navío cargado de un millón de florines de mercadurías que venía de la India, y a otros dos han hundido en el canal de Inglaterra, aunque otros dicen que realmente tomaron todos tres. Los dichos holandeses han atentado con sobresalto sobre una plaza nuestra, pero fue les fuerza retirarse con afrenta; muy apurados están; no se paga su soldadesca como se solía. Maastricht se consume en gastos, y es parecer de muchos muy entendidos se haga de propósito el prolongar aquella toma para ocuparlos y consumirlos. Todavía está aquella plaza padeciendo lo que se puede juzgar deben de pasar en tan largo tiempo que no entra nada dentro.
A Heidelberg, corte del Palatino, tomó el emperador hace pocas semanas, y por fuerza. Dicen que al francés que iba a socorrerla le dio una mala rota el duque de Lorena, que es capitán general de las armas imperiales, a lo menos de la liga católica; y escriben hace milagros en materia de valor. Un hermano nuestro, rector por allá de un colegio de la Compañía, me escribe que el francés pide el juramento de fidelidad en el ducado de Lorena a la nobleza por sus feudos, a los ministros de justicia por sus oficios; muda las costumbres de Chancillerías etc. Aun a los mismos religiosos les pide el mismo juramento, y a los que no lo quieren dar los destierra de Francia y Lorena.
De Valladolid avisan que el inquisidor más antiguo por orden del Consejo fue a Carrión a visitar a la madre Luisa [Luisa Colmenares], tan célebre en Europa; y aunque de su santidad no hay recelos, cree el que escribe que hay demasías ajenas de piedad y cordura en que ella no debe tener culpa, sino otros que hacen cosas con ella, como si en vida estuviera canonizada. Bien es se corrijan abusos, sin perjuicio de la santidad que justamente parece se venera en esta sierva de Dios, que mientras viviere correrá plaza de tal, y no de como quien ya goza de Dios.
Madrid y enero 23 de 1635. =Claudio Clemente. =Al P. Rafael Pereyra de la Compañía de Jesús.