carta_161
Madrid y octubre 2 de 1635.
(Tom. 111, fol. 71 v.)
Señor: raro caso es lo de Esquenque [Schenkenschans]. No se tomó por trata el día de Santiago; lo tomó por asedio a escala vista el barón de Anhodt (Anbolt), teniente coronel del conde de Emden, gobernador de Luxemburgo, con solos 800 hombres. Este hecho tiene asombrado el mundo por su grandeza y por la importancia del puerto, y más hoy que lo tenemos asegurado y fortificado e imposibilitado de poderlo coger el holandés.
El correo de Italia trajo aviso que el duque de Parma había tomado a Boguera, lugar abierto del Alejandrino, y que el francés se había puesto sobre Valencia del Po [Valenza], donde estaba D. Martin Galiano con 2, 000 mosqueteros. No saldrá tan bien como de la Villata.
Dicen que se encontró el duque de Parma con su mujer y suegra, sobre las insolencias que hacen los soldados franceses por falta de pagas, saqueando y robando a la vista del mismo duque, y en la ciudad de Parma, sin que pueda reprenderlos.
No se ha de olvidar que tomado Esquenque [Schenkenschans], luego juntaron los nuestros a todas las mujeres y a cada una les dieron siete reales de a ocho, y a la mujer del gobernador 100 para que se fuesen adonde quisiesen. El gobernador hizo brava resistencia y quedó mal herido de siete heridas, de que murió; pero antes de morir se convirtió a nuestra santa fe, confesó y pienso que comulgó.
Hace siete meses que se iba trabajando la interpresa de coger a Esquenque [Schenkenschans]. Está hecha aquella plaza en figura de pernil, y como poco antes algunos contrarios se burlasen del Infante, diciendo que era niño aun de papas, un aldeano luego, cuando llegó la nueva de la toma de Esquenque [Schenkenschans] dijo: ¡Oh! ¡válgaos Dios holandeses! qué niño es este que os traga de un bocado tan grande y tan caro pernil?
Después de levantado el cerco el holandés y francés de Lovaina, adonde todos los religiosos hicieron maravillas en trabajar en las fortificaciones, y en especial ciento de la Compañía, se dijo que los lovanienses no debían nada a los sorbonicos, y que el príncipe de Orange [Guillermo de Orange-Nassau] que había venido con intento de graduarse en derecho canónico, por no haberse hallado con suficiencia, se había contentado de ser licenciado.
Dios, etc. Claudio Clemente.