Madrid y mayo 7 de 1634

(Tom. 246, fol. 41.)

Pax Christi, etc. Viniendo de Madrid un criado de Don Diego Hurtado de Mendoza, vizconde de la Corzana, y trayendo en su Compañía un francés, tratando en el camino de la muerte del duque de Frisland [Albrecht Wenzel Eusebius von Wallenstein]y prisión del duque de Ariscot, dijo el francés a este criado del dicho vizconde, como él conocía en Madrid muy bien y había tratado familiarmente y comunicado con el hijo del rey de Dinamarca. Poniendo dudas al francés, este rectificó varias veces. Al castellano le picó el escrúpulo, y el día siguiente volvieron a tratar de la materia. Se confirmó en lo dicho el francés, y al castellano le deparó Dios en la posada a un alguacil de corte que llevaba de su cuenta un preso con guardas. Se conocían los dos; le dio cuenta al alguacil de lo que el francés le había dicho; se hizo de nuevas el alguacil con el francés, y le fue sonsacando, y últimamente le dijo lo que había dicho al compañero de viaje. Entonces el alguacil le dijo al francés se volviese con él a Madrid, que así convenia al servicio de S. M. El francés aceptó lo que le ofreció el alguacil, y volvieron a Madrid, y sin apearse se fueron ambos a la casa del presidente de Castilla, y este se informó de ambos y de las circunstancias. Subió en su coche y fue a hablar a S. M dándole cuenta del negocio S. M; se informó y averiguó, y dio orden de lo que se había de hacer. Vino el presidente a su casa y llamo a un alcalde de corte y con gente fueron a la casa; dieron en ella, y hallaron al caballero hijo del rey de Dinamarca. Le preguntó el alcalde que quién era, y dijo que un forastero que venía a ver mundo, y haciéndole más preguntas le dijo como era hijo bastardo del rey de Dinamarca. Entonces le dijo el alcalde: «Pues V. A. se venga conmigo, que así lo manda S. M. Lo llevó a Palacio, a la casa que llaman del Tesoro, y allí lo tienen con guarda; le han señalado, según dicen, 3, 000 ducados cada mes para su plato. Dios, etc.

Madrid y mayo 7 de 1634 años. =Sebastián González. =Al P. Rafael Pereyra.

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